El jamón y la paleta ibérica son productos que se asemejan mucho, pero a su vez, ofrecen claras diferencias. Te mostramos las características de cada una de estas piezas.
Patas delanteras frente a patas traseras
Las paletillas se obtienen de las patas delanteras del cerdo, mientras que las traseras son los jamones. Los jamones son de mayor tamaño porque las patas traseras son más grandes y carnosas. Esto da lugar también a diferencias de anatomía.
En el jamón, los huesos que aparecen son los propios de la pata: peroné, tibia, bola del fémur, fémur, hueso de la cadera y hueso coxal. En las paletillas están el cúbito, el radio, el codo, el húmero y el hueso del abanico.
La diferencia de tamaño también se refleja en el rendimiento. En el jamón se puede aprovechar más carne que en la paletilla. Esta es más estrecha y ofrece menos alimento.
Tiempo de curación y sabor
La paletilla, al ser más pequeña y con menos carne, necesita menso tiempo de curación, lo que influye también en el precio, que es más bajo en las paletillas. El sabor sí es más intenso en las paletillas, ya que su carne está más cerca del hueso.
¿Qué pieza es mejor?
La calidad de las piezas está determinada por la raza y la alimentación del cerdo. No existen diferencias significativas entre paletilla y jamón con respecto a este parámetro, de modo que su elección va a estar más determinada por la cuestión presupuestaria y las necesidades familiares.
De este modo, si en casa solo habitan dos personas, una paletilla es mejor opción para que no se estropee, pues el jamón tardará más tiempo en ser consumido. El precio es más bajo en las paletillas por el tiempo de curación, pero eso no va de la mano de una pieza de menor calidad.